Además de la obesidad y la diabetes, el consumo de bebidas azucaradas también está relacionado con graves daños a la salud renal y hepática, por ello, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) hace un llamado a la población a reducir su ingesta.
El exceso de azúcar aumenta el trabajo de los riñones y eleva la presión arterial, dañando progresivamente sus filtros y reduciendo su capacidad para eliminar toxinas del cuerpo; en casos avanzados de la enfermedad renal, los pacientes pueden requerir sesiones de hemodiálisis y trasplante de riñón, que le ayuden a mejorar su calidad de vida.
La fructosa que contienen estas bebidas se metaboliza en el hígado y su consumo excesivo puede causar acumulación de grasa en este órgano, esto puede evolucionar a una inflamación y en el peor de los casos, a cirrosis no alcohólica, una condición irreversible que destruye el tejido hepático.
La SSM enfatiza que la mejor medida preventiva es optar por alternativas saludables como el consumo del agua natural. Para recibir orientación nutricional gratuita, las personas pueden acudir a su centro de salud más cercano.
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