A gusto del cliente, en Pichátaro se conserva la elaboración de muebles rústicos y tallados, ya sea con maderas finas o comerciales como es el pino. Una recámara de caoba puede superar los 170 mil pesos, señaló Juvenal González Matías.
El artesano de esa comunidad perteneciente al municipio de Tingambato, compartió que todavía hay materia prima suficiente en la región para la fabricación artesanal de salas, comedores, recámaras, sillas y otras piezas, ya sea con madera natural o polillada.
Pichátaro es una comunidad con autogobierno, a cuyo Concejo Comunal se le solicita permiso para el corte de un pino; una vez que autoriza, por cada árbol derribado se tienen que establecer 10 más.
Lo anterior, para conservar el bosque y garantizar la materia prima en el futuro, señaló el artesano.
El mercado para los muebles es variado, desde el local y nacional ya sea en volumen o sobre pedido. Se fabrican de cedro, caoba, parota o pino.
Precisamente para promover esta actividad artesanal, del 4 al 6 de agosto se realizará la edición 24 de la Feria del Mueble Rústico y Textil Bordado, además del tradicional concurso en esas ramas artesanales, informó Cástor Estrada Robles, director de Casart.
Se repartirá una bolsa total de 90 mil pesos en premios aportada por la Casa de las Artesanías, Concejo Comunal e Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.
De mueble, se espera la participación de alrededor de 40 artesanos con la inscripción de unas 90 piezas.
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