Una vez más, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla reconoció la presencia de grupos delincuenciales que extorsionan al gremio limonero del Valle de Apatzingán.
Sin embargo, insistió que actualmente el corte, empaque y comercialización del cítrico fluye con normalidad y en orden.
El fin se semana pasado, el líder limonero Bernardo Bravo publicó en su red social que habrían «recibido una serie de amenazas dentro del Tíanguis Limonero en Apatzingán», por lo cual determinaron «cerrar las oficinas de la administración en virtud de proteger y salvaguardar la integridad y sobre todo nuestro bien principal que es la vida».
En tanto, informó que «las instalaciones del tíanguis limonero están resguardadas por elementos de seguridad y los productores pueden hacer libre uso de ellas». Aunque exigió resultados a las autoridades respecto al delito de extorsión.
Ante ello, el jefe del Ejecutivo estatal dijo que el cierre temporal de dichas oficinas representa sólo uno de 70 puntos donde de realiza la comercialización del limón.
Indicó que de acuerdo con las labores de investigación e inteligencia, «todos los grupos tienen entre sus líneas y actividades a la extorsión. Se les combatirá y enfrentará, sostuvo.
Se refirió así, a los autodefensas, aquellos armados durante el tiempo de Alfredo Castillo, a los que señaló como presuntos grupos delincuenciales de la región de Tierra Caliente.
Ramírez Bedolla señaló que es un asunto complejo, pero avizoró que pronto se entregarán más resultados contra la extorsión que padece el sector limonero.
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