Como un homenaje al trabajo realizado por el presbítero Francisco Martínez Gracián, fue calificado el libro “Un camino de compromiso y dignidad en los derechos humanos de los pueblos y comunidades indígenas”, publicado bajo el sello editorial de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Michoacán.
Al realizar la presentación, el ombudsperson Marco Antonio Tinoco Álvarez, narró de forma sucinta cómo nació la idea que hoy se materializa en este libro.
Se trata, dijo, de preservar físicamente el discurso pronunciado por Francisco Martínez Gracián, al recibir la Presea al Mérito de Derechos Humanos 2024, otorgada por esta defensoría del pueblo, pues su valor literario y su contenido social son dignos de ser perpetuados, pues abiertamente señala las diferencias que, tanto el Estado como la sociedad les han atribuido a las comunidades indígenas, criminalizando las diferencias. Esto, en Derechos Humanos, ya no se debe permitir, sentenció.
En cuanto a la obra editorial, dijo que refleja el camino que el activista ha recorrido; es una ruta de vida, una muestra de cómo las instituciones deberían actuar en el quehacer de la defensa y respeto de los Derechos Humanos.
Finalmente se refirió al liderazgo de “Tata Pancho”, el cual ha generado identidad y pertenencia, dos elementos de los que hoy carece la ciudadanía.
Por su parte, Cristina Cortés Carrillo, directora de la asociación civil Educación y Servicio Comunitario, realizó una breve semblanza del sacerdote, a quien calificó como un referente único en la defensa de los Derechos Humanos de las comunidades de origen del Estado, especialmente de la región de la meseta purépecha, partiendo del municipio de Nahuatzen donde el prelado ejerce su labor religiosa, civil y humanitaria.
Respecto del libro, señaló que se convierte en un importante ejercicio de recuperación y preservación de la memoria de las luchas sociales, y lo calificó como un legado de la presente administración.
En su turno, Francisco Martínez Gracián, puntualizó que él no se considera defensor de los derechos humanos ni activista, puesto que, los derechos humanos no se dan, se arrebatan con las acciones, no con el discurso.
Se definió como acompañante de las comunidades de origen y testigo de las condiciones en las que vive el pueblo purépecha, pueblo al que calificó como digno y de gran sabiduría, que ha establecido sus propios sistemas de desarrollo, como el sistema educativo propio, que incluye un sistema universitario liberador, pues es precisamente de las comunidades de donde viene la liberación, concluyó.
Cabe señalar que José Francisco Martínez Gracián, es originario de Sahuayo, Michoacán; fue ordenado presbítero diocesano a los 29 años, desde entonces ha sabido combinar su labor pastoral, social y humanitaria en beneficio de comunidades indígenas de la Meseta Purépecha.
Ha recibido diversos reconocimientos, tales como el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, de la cual es fundador; la Presea Melchor Ocampo, otorgada por el Congreso del Estado de Michoacán; el Premio Estatal al Mérito Ambiental, por su promoción de la sustentabilidad y la reforestación en la Meseta Purépecha, el reconocimiento comunitario Mítinttskua/Mínkuarhikua, entregado por la comunidad de San Lorenzo por su trabajo altruista, y la Presea al Mérito en Derechos Humanos 2024, otorgada por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Michoacán.
A lo largo de más de cuatro décadas, Francisco Martínez Gracián ha liderado proyectos de infraestructura, como la perforación de pozos de agua potable, la fundación de escuelas, la apertura de mercados y la instalación de institutos de capacitación para el trabajo, obras que han impactado en la vida de diversas comunidades de la meseta purépecha.
Ha realizado trabajos de rescate medioambiental, con campañas de limpieza de bosques y reforestación, de salud comunitaria y de recreación.
Gracias a su gran sentido humanista, ha mediado en conflictos sociales y territoriales, destacando su papel en la pacificación de Huécato y Tanaquillo; en el conflicto agrario entre las comunidades de Cocucho y Urapicho, donde logró que pactaran la paz; el intercambio de rehenes entre San Juan y Angahuan, y, la liberación de 20 elementos de la PFP.
Por su incansable trabajo en la lucha por la justicia y la equidad, el Padre Martínez Gracián es una figura clave en la defensa de los derechos colectivos de las comunidades indígenas.
Su vida y trayectoria reflejan un compromiso profundo con la construcción de un Michoacán más justo, inclusivo y consciente de su riqueza cultural y natural.
Más historias
Vamos al Festival Internacional de la Cerveza Costa de Michoacán 2025
¡Jálate al Estadio Morelos! Aún hay boletos para ver a Carín León: Seimujer
Planetario de Morelia se renueva para impulsar vocaciones científicas en la niñez: ICTI